En un entorno donde los precios aumentan velozmente los billetes de baja denominación caen en desuso y cada día los venezolanos tienen más piezas de cien y cincuenta bolívares en sus carteras.

Las estadísticas oficiales registran que en los primeros once meses de 2013 el Banco Central aumentó en 47,5% la cantidad de billetes de 100 bolívares en circulación y en 42% el número de piezas de 50 bolívares.

En enero de 2008, cuando el Gobierno hizo el lanzamiento del bolívar fuerte, la moneda que representaría una era de prosperidad y estabilidad en los precios, los billetes de 100 bolívares solo representaban 3% del total de piezas en la economía, pero al cierre de noviembre de 2013 equivalen a 25% porque de lo contrario los consumidores tendrían que tener en sus bolsillos una cantidad excesiva de billetes de baja denominación para cancelar sus compras.

Consultores extranjeros expertos en el tema monetario han elaborado trabajos sobre Venezuela y precisan que en vista del aumento que ya han experimentado los precios y el alza que se proyecta para el mediano plazo durante los próximos cinco años el Banco Central tendrá que emitir billetes de doscientos, quinientos y mil bolívares.

De lo contrario, a la vuelta de dos años los billetes de cien bolívares representarán más de la mitad de las piezas en circulación y será necesario un número muy alto de billetes para comprar la misma cantidad de cosas que adquieren hoy.

Además estiman que los billetes de dos y cinco bolívares deben ser eliminados y sustituidos por monedas o elaborados con sustrato de polímero para prevenir el deterioro de las piezas porque en vista de que crece la velocidad de circulación de dinero serán empleados en más transacciones durante el mismo período de tiempo.

En vista de la evolución de los precios se considera necesaria la eliminación de la moneda de un céntimo porque ya es de un valor muy escaso y se utiliza con poca frecuencia.

La inflación en Venezuela, precios cohete

En 2013 la inflación registró un avance de 56,2%, la quinta más alta desde 1950, solo superada por la de 1992, cuando el expresidente Carlos Andrés Pérez tuvo que aplicar un fuerte programa de ajuste y la de 1994-1996, años en que el país sufrió una severa crisis financiera y el fracaso de una política de controles de precios.

La posibilidad de que el Gobierno cumpla la meta de desacelerar la inflación en 2014 luce pequeña.

Inmerso en un desequilibrio donde los gastos superan en 15% del PIB al ingreso la administración de Nicolás Maduro prepara una nueva devaluación de la moneda para obtener más bolívares por cada dólar proveniente del petróleo.

Si bien esta medida ayudará a disminuir la presión en las finanzas públicas, el encarecimiento del dólar obligará a elevar el precio de los productos importados que representan una porción muy importante de la oferta.

Ecoanalítica proyecta que si el tipo de cambio de 6,30 bolívares se desliza hasta 11 bolívares por dólar y el del Sicad aumenta desde 11 hasta 16 bolívares, el Gobierno lograría reducir el déficit a la mitad.

El resto de la brecha se cubriría, en parte, con el financiamiento proveniente del Banco Central que imprime bolívares sin respaldo para comprarle bonos a Pdvsa.

VÍCTOR SALMERÓN |  EL UNIVERSAL